miércoles, 29 de abril de 2015

Genocidios a la Carta-Opiniones

"Ahí donde no persiste la memoria significa que el mal mantiene aún la herida abierta". Papa Francisco.
A cierta autodenominada 'izquierda', en comandita con la derecha más rancia, sospechosamente le resulta una cuestión de justicia imprescriptible y universal que se condene el genocidio saharaui. Para esa sedicente progresía desde los indígenas aztecas hasta los incas, pasando por un pléyade de Pueblos centro y sudamericanos, provoca su típico rasgamiento de vestiduras.
Muy al contrario, las piras inquisitoriales que fumigaban moriscos en Madrid, Sevilla, Lima o México no parecen suscitarles idénticos ardores vehementes de pública reprobación. Ya se sabe que el Pueblo andalusí, como los mandamientos de la Iglesia y el marxismo bien entendido ordenan, según parece, no solo nunca ha formado parte de la raza humana, jamás existió ni tiene cultura o lengua autóctonas.
Condena ahora el papa el genocidio armenio de primeros del S.XX, desatado en el marco agónico de una decadente administración otomana desgarrada por las dentelladas de la grandes potencias imperiales de la época, en especial Rusia, el Reino Unido y Francia, urdiendo para ello todo tipo de sediciones internas y financiando insurrecciones. Aquella barbarie, al igual que entre hutus y tutsis en una Ruanda de mayoría católica (800.000 muertos en cinco meses) se generó por una espiral de odio racista; pero a diferencia de lo padecido por los judíos en la época de la hegemonía nazi o por los moriscos en el imperio español, no fue sistemáticamente planificado el exteminio y la aniquilación de sus culturas: doce años en el reich y más de cinco siglos por parte del monarquico-papismo español contra la morisma de la Colonia del 'sur', es decir, la inmensa mayoría de su población meridional.
¿Y por qué el estado español no condena también oficialmente la atroz masacre de armenios de la que se cumplen cien años? ¿Teme acaso que los turcos saquen a relucir sus vergüenzas 'vox populi' con respecto a la anulación social de millones de hijos de Al Andalus...?
¿Alguna vez a algún heredero de la Silla de Pedro o progre nacionalista hispano o americano -a excepción de raras avis sentenciadas al ostracismo- se les ha visto condenar el genocidio morisco andalusí en la Península o el de nuestra diáspora en el Nuevo Continente?
La incoherencia farisaica engendra este esperpento, a pesar de controlar la maquinaria propagandística de los media. Tomar tanto por tonto al ciudadano medio, descendiente en su mayoría de ese secular horror inquisitorial, no pasa del bochornoso darse golpes de pecho teatralizados, con menos credibilidad que representar a Torquemada con alas de angelito en un belén.

Escrito por Al-Mansur Castillo Morón el

 

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